Día internacional para la erradicación de la pobreza

 Pobreza: Una barrera para el desarrollo

Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, sino un acto de justicia
Nelson Mandela.
Autor: Víctor Huasasquiche


La pobreza no es reciente. Su inclusión dentro de las problemáticas en cada Estado-nación fue y es considerada dependiente, cambiante, dinámica y obstaculizante, cuestionando el avance del desarrollo social, económico, político y cultural de la sociedad. Dependiente porque es un aspecto cuyo crecimiento depende de otras características presentes en el estudio; cambiante y dinámico pues perciben modificaciones gradualmente constantes que volatilizan la inclusión de familias en un nivel de calidad de vida no óptima; y obstaculizante, pues se fundamenta en aquel rollo que sigue mermando en dar a los países el siguiente paso: pasar de un tercer mundo a un segundo y primero.

 Unos dicen que la pobreza se debe a la sobrepoblación de ciudades y países, otros, refieren a la baja capacidad del Estado para poder cubrir las necesidades básicas de su sociedad, que tengan medidas inclusivas y transversales, que sus programas sociales tengan mucha más cobertura de la que normalmente tienen. El retraso de la puesta en práctica de estas medidas, ha significado el sentimiento de exclusión y nulo compromiso por parte del Estado hacia comunidades que residen en diversas partes de nuestro territorio; cuyo acceso es aún difícil de llegar. 

Así, se puede deducir que la pobreza es sinónimo de desigualdad, ¿en qué sentido? En el sentido de que una persona con recursos limitados, carentes de cubrir sus necesidades básicas y/o familiares, puede acceder de manera igualitaria a aquellas oportunidades que se presentan, sea laboral o académica o de diversa índole, a comparación de aquellos que sí los poseen. No digo que no existan casos excepcionales, los hay. Pero hablamos de miles de ciudadanos que viven al día y tienen un nivel de vida con “estándares” mucho menor que el de otros, frente a los mismos casos en los que personas con un pensamiento distinto –un pensamiento “yo puedo, ser pobre no me detendrá a conseguir lo que quiero”– lleguen a posicionarse y a lograr sus objetivos de manera satisfactoria. Es muy conmovedor, motivante, porque esas personas luchan por aquello que anhelan. Pero, ¿sucede lo mismo con todos?


Sabemos que vivimos en una sociedad que es –aparte de todas las subjetivas calificaciones que pueda hacérsele– excluyente. De nuevo, no todos los somos; pero la gran mayoría posee una concepción muy negativa de que personas que visten distinto a nosotros, que hablan distinto a nosotros, que se ven distintos a esa ideología de “ser así está bien, lo otro E no”. Ese mismo razonamiento, si se le puede llamar así, es el que obstaculiza y mina al acceso a oportunidades por parte de nuestros hermanos pobres que también luchan por sus sueños. 

La realidad, pues, es totalmente difusa a cómo se la piensa. Parte de la sociedad trata de maquillar aquellos actos de exclusión con explicaciones latas y vanales; cuyo fundamento se encuentra muchas veces en el egoísmo. 
Y sé que el eje central de este escrito es la pobreza. Pero un análisis profundo de la misma requiere que pongamos las cartas sobre la mesa. Induzcamos y deduzcamos cuáles son aquellas causas y consecuencias de que la pobreza aumente en un país que aún está en vías de desarrollo, la manera en cómo se les dificulta a las personas pobres-pobres extremos acceder a las oportunidades que se presentan a diario, en cómo existe aún brechas para el acceso de servicios como internet –fundamental hoy en la pandemia–, luz, agua y alcantarillado, vivienda, entre otros; y cómo también afecta al desarrollo de la educación, de una alimentación saludable, de una convivencia armónica y una salud íntegra, integral para todos y todas. 

En este apartado, trataremos de repensar todas aquellas posibles causas para que, a partir de ello, podamos analizar las soluciones que requiere una problemática como ésta. 
Soluciones que ayuden a mejorar las condiciones de vida, pero que a la vez no desconozcan el cambio del paradigma que posee un país como el nuestro. Un rumbo firme pero integral.

La pobreza, es una epidemia que afecta a millones de personas en nuestro planeta. En el mundo, 1.400 millones de personas sufren pobreza extrema y casi 900 millones sufren hambre, no tienen acceso al agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación . En nuestro país, según estimaciones del INEI, al año pasado habría más de 958 mil peruanos que no podían adquirir una canasta mínima de alimentos. En tanto, más de 200 mil personas habrían caído en pobreza . No es poco, ¿verdad? 

Cada 17 de octubre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra la pobreza , un día acogido por casi todos los países para reconocer el esfuerzo y la lucha de las personas que viven en la pobreza, una ocasión para que den a conocer sus problemas y un momento para que ellas mismas sean las primeras en luchar contra la pobreza.

La tipificación de este problema ha merecido una equitativa preocupación tanto al pobre como al pobre extremo; la inclusión de mecanismos que aminoren y decrecenten su prolongada continuidad se han visto relacionados con alianzas estratégicas de organismos internacionales con países, especialmente de nuestra región. 

PROCLADE (13 de octubre del 2015). La Lucha contra la pobreza, aquí y ahora. ONGD. Recuperado de: https://www.fundacionproclade.org/noticias/13-10-2015/lucha-contra-pobreza-aqui-y-ahora

La pobreza está representada en muchas formas. La vida de aquellas personas que residen en ciertas zonas de países donde escasea el agua, los alimentos, y en donde la calidad de vida se representa a través de imágenes realmente deplorables, peligra su bienestar, sus derechos, sus oportunidades y sueños en la vida. 

Según estimaciones más recientes, el 10 % de la población mundial (o 734 millones de personas) vivía con menos de USD 1,90 al día en 2015. Los 43 países con las tasas más altas de pobreza son frágiles o atraviesan por situaciones de fragilidad y conflicto (SFC) o se encuentran en África al sur del Sahara

Etiopía, por ejemplo, es uno de los países más pobres del África que posee niveles bastante altos de pobreza y para mucho eso, significa no vivir de forma adecuada. No poseer un trabajo “digno” o formal, no tener sustento económico para poder satisfacer al menos las necesidades básicas de toda familia, no estar asegurado en un sistema de salud nacional, no tener o tener poca vestimenta y un techo que les permita cobijarse de los cambios climáticos es sinónimo de pobreza. En Etiopía sucede eso y más.
  
Si bien, aquí en Perú –a pesar de que al 2019, el 20.2% de la población peruana estuvo en condición de pobreza, cifras parecidas a las del 2018– las condiciones en las que muchos de las personas en pobreza-pobreza extrema viven no se iguala a las situaciones de la misma calamidad en otros países. No digo que no se asemejen, pues la realidad es que no conocemos todo el Perú con nuestros propios ojos, y si lo hemos hecho alguna vez, que lo dudo, debemos preocuparnos por cómo viven nuestros hermanos de las zonas en donde se hace difícil su acceso al agua potable, a los alimentos; en donde hay un clima que mata vidas sin importar edad alguna. Es allí donde también se debe poner el foco de atención. 

El acceso a un centro educativo se relaciona de manera directa con la pobreza. Así, según INEI, el 77.5% de los niños de 3 a 5 años en condición de pobreza asisten a educación inicial, el 92.8% de los niños de 6 a 11 años a educación primaria, y el 75.3% de los adolescentes de 12 a 16 años de edad asisten a educación secundaria. Asimismo, del total de hogares pobres con al menos un hijo de 3 a 16 años, el 7,5% tiene computadora, el 28,3%, en cada caso, usó internet y celular de familiar o amigo, y el 14,2% tuvo acceso a las TIC por celular propio. 

En cuanto al empleo, 9 de cada 10 peruanos en condición de pobreza tiene un empleo informal, mientras que el 5.3% está en la formalidad. Además, el 61.1% es independiente y el 38.9% se desempeñó como asalariado (empleados, obreros y trabajadoras del hogar).

Organización para el desarrollo (10 de octubre del 2017). Arranca la semana de acción contra la desigualdad obscena. Recuperado de: https://coordinadoraongd.org/2017/10/arranca-la-semana-accion-la-desigualdad-obscena/

Como podrás comprender estimado lector, éste escrito ha sido reflexivo en todos sus ámbitos. Las soluciones para poder seguir combatiendo en los diferentes espacios que existen parte de responsabilidad es del Estado, en generar políticas que beneficien y no perjudiquen aún más a la población; pero parte de esa responsabilidad también la tenemos nosotros. Somos un país, una nación. Somos un conjunto de personas que, juntos, debemos luchar por un desarrollo más sostenible, sustentable y de mejores resultados. 

Desde instituciones como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, E UNFPA, u organizaciones como OXFAM; están aportando a que las personas que viven en condiciones deplorables, puedan salir de esa situación que tanto los aqueja y que impide su desarrollo y formación; su derecho a vivir con dignidad y tener las condiciones de hacerlo. 

Considero que debemos seguir el lema del Fondo de Población de las Naciones Unidas impulsado a favor de los jóvenes: “no dejar a nadie atrás”. El hecho de que una persona no tenga igualdad de condiciones para postular a las oportunidades que le presenta la vida al igual que nosotros, no quiere decir que deba ser discriminado. Al contrario, apoyémoslo. Ello de manera directa favorecerá a nosotros mismos como a una contribución a la sociedad en la que vivimos y de la que formamos parte. 

Referencia bibliográfica. 

Oxfam. Causas de la pobreza. Extraído de: https://blog.oxfamintermon.org/las-causas-de-lapobreza-en-el-mundo/ 

Instituto Peruano de Economía (IPE). (20 de mayo del 2020) Extraído de: https://www.ipe.org.pe/portal/la-pobreza-extrema-en-el-peru-aumento-en-el-2019/

Naciones Unidas. Asamblea General A/RES/47/196. Observancia de un día para la erradicación de la pobreza. Recuperado de: https://undocs.org/es/A/RES/47/196

Naciones Unidas. Resolución aprobada por la Asamblea General el 25 de septiembre de 2015. RES/70/1Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible

 Marcela Artica Martínez. (2018) “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Parlamento Peruano”. Recuperado de: file:///C:/Users/Victo/Downloads/lectura%203%20( 2).pdf

Fondo de Población de las Naciones Unidas. Recuperado de: https://www.unfpa.org/es/data/demographic-dividend#2

Banco Mundial (16 de abril del 2020). Extraído de: https://www.bancomundial.org/es/topic/poverty/ov erview#1 

Instituto Peruano de Economía (IPE). (20 de mayo del 2020) Extraído de: https://www.ipe.org.pe/portal/la-pobreza-extremaen-el-peru-aumento-en-el-2019/

Artica, M. (2018). Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Parlamento Peruano. Lima, Perú. 

Herrera, J. y. (2017). POBREZA, DESIGUALDAD Y POLÍTICAS SOCIALES: BALANCE 2011-2016 Y AGENDA DE INVESTIGACIÓN 2017-2021. Lima: Diagnóstico y Propuesta 54. 

INEI, C. y.-P. (2001). Dimensiones de la Pobreza en el Perú. Crecimiento Económico, educación y salud. Lima. 

Quispe, E. (2016). CAUSAS DE LA POBREZA EN EL PERÚ. Revista de la Facultad de Ciencias Económicas, 109-128.




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